Me he quedado dormida en el sofá.
Mi cuerpo me riñe, pero no me importa. Porque estoy feliz.
El reencuentro con un viejo amigo, me llena el corazón.
Me muero por verle, darle un abrazo, ponerle al día de todos los años que se ha perdido,...
Le "perdi" siendo un niño, y ahora su voz de hombre, me inquieta, me da paz, alegría, serenidad.
Me encanta hablar con el y que me cuente.Me hace sonreir.
No ha cambiado nada, pero ha crecido (presiento que en todos los aspectos)
Ven... o voy, ...
Necesito tanto tu abrazo.
M.
(Algún día te contaré la historia tan hermosa de amistad entre Margot Fontayn y Rudolf Nureyev, que como ves están presentes en todo mi blogg)
2 comentarios:
Nureyev también se alegra.
ja,ja,ja
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