¡Como para no estarlo!:
Antes de marchar de vacaciones, una pequeña llamada Paula, me hizo un regalo muy especial.
Conocedora de mi gusto por el muñeco Kitty, (cosa que me ocurre desde muy pequeña), (Supongo que me trae recuerdos de mi infancia),hacía llegar hasta mi mesa este encantador dibujo dedicado.
Es increíble lo bien que dibuja. Parecía como si lo hubiese copiado de mi lapicero, el cual ella no había visto nunca. Creo que sería bueno potenciar esta virtud.Puede ser un excelente modo de comunicación,de transmisión de sentimientos, inquietudes...
Tiene talento, de "casta le viene al galgo" (su padre, su prima,...) ,(no se moleste usted por lo del pobre animal; escuálido y feucho, hombre. Es un simil. Nada más)
Tal es mi admiración por los niños, por su espontaneidad, su sinceridad, su frescura,..., que estaba yo más contenta que unas Pascuas con el que sería mi primer Regalo de Navidad.
Como ese día, yo no disponía de mi coche para regresar a casa al salir del trabajo (a pesar del ofrecimiento de todos por acercarme), decidí que como tenía tiempo y hacía sol, el cuerpo me pedía a gritos un paseo.
Ese fué precisamente, mi segundo regalo de Navidad. Despacito, subí la imponente cuesta que me llevaba directa a mi querido sofá, no sin antes haberme parado a ver con detalle el Foso y Muralla del Arsenal y la preciosa vista que se observa desde los jardínes de Herrera.
Me gustó tanto que pensé que era triste lo que las prisas y la comodidad de ir en automóvil, nos impida disfrutar de rincones maravillosos y llenos de encanto,e historia, de esta nuestra querida y a veces "odiada" ciudad.
Tranquila y relajada, paseaba. Le dediqué unos minutos a charlar; con mi panadera favorita, con un amigo que me encontré, le ayude a localizar a un simpático, rubio y travieso exalumno y a sus inquietos amigos a un ratón, que estaba bajo un coche, y por fin llegué a casa.
Menudo trayecto más cortito y cuanto me aportó. Ciertamente la belleza está en las cosas más sencillas y cotidianas.
Llegó la tarde y con ella mis alumnos con sus respectivas notas. Analizamos, caso por caso, y este fué mi tercer regalo de la tarde.
La evaluación había sido, desde mi punto de vista un éxito, y en concreto "proyectito" había cumplido con creces mis espectativas.
Ante la tardanza de una de las niñas , también llamada Paula, me pongo en contacto con su madre pensando que algo le había ocurrido, y la "complice progenitora " me apunta que "salió tarde de casa".
Cuando, llaman al timbre, aparece la jovencita, con una preciosísima Flor de Pascua. Adorna mi salón y me recuerda las horas dedicadas a la preparación de clases, al seguimiento diario de aventuras en sus respectivos centros y me siento satisfecha, llena, con el deber cumplido. A estas horas , llevaba ya cuatro valiosísimos regalos de Navidad.
¿No estaba mal no?
Pues aún me quedaban dos más:
-el montaje en la Concatedral de los instrumentos (batería, órgano, torres de sonido, bancos para los chiquitines prueba de micros y ensayo) (que me encanta y me llaman cada año desde que tengo uso de razón para cantar en la misa de Nochebuena) y el reencuentro con amigos que nos juntamos cada año y siempre en estas fechas por motivos laborales, y de otra índole.(quinto regalo)
-y una sorpresa mayúscula en "La Marola". Mi familia, reunida casi al completo. (sexto regalo)
Así pues el día 23, a las 23 horas de la noche, llevaba contabilizados 6 regalos de Gran Valor, y ahora, después de haber cenado y comido con toda la gente a la que quiero (con alguna inevitable ausencia), disfrutado de peques y mayores...¿con que cara le pido algo ahora a los Reyes Magos?
Además... este año, ( con tanta bromita) no he sido muy buena,...así que ya se lo que me toca...je,je
A disfrutar.
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