Una de las sensaciones más placenteras que he experimentado en mi vida, ha sido estar sobre las tablas y gracias a la danza, poder expresar mis sentimientos con LIBERTAD

martes, 8 de marzo de 2011

EL BUSTO DE MONA LISA

-Papá, papá, ven, corre, mira, ¡la han traído de nuevo!, ¡es ella!,¿No? y tiene algo diferente, ¿verdad?.
-Pues si hijo es ella, tienes razón. No le han tallado el brazo que le falta y está más mayor, como yo, pero esa sonrisa,... esa encantadora sonrisa, lo compensa todo.
Creo que ahora ha encontrado la harmonía y es feliz..

(así conversaban el Señorito Jorge y D. Juan. Hijo, el primero, del viudo maestro que siempre había admirado y amado la vida y obra de aquella enigmática mujer, a pesar de que el destino, caprichoso, los alejara  por caminos divergentes).

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Lo cierto es que habían trasladado el busto de Doña Jimena, por imperativo expreso de su conocida e influyente familia, de su ubicación original, tantas veces,... Siempre tratando de alejarla al máximo del lugar donde había sido erigida... 

Su corazón  de piedra se iba resquebrajando en cada traslado pero su apariencia externa, semejaba tan robusta y firme, que pensaron que lo aguantaría todo.

En ningún sitio estaba bien.
En la Plaza Mayor,no, porque no coordinaba con el mármol de la escalinata. Junto a la Torre del Reloj, tampoco. Era demasiado burda, la piedra, para acompañar a la espectacular "máquina del tiempo",...(su querido padre, que se encontraba desde hacía años, en las Américas, desconocía tales desprecios que Jimena sufría en silencio) Se desahogaba en su libreta de pastas de cuero que había cosido Blas; su mejor amigo. Tenía su misma edad y padecía lo que hoy se conoce como "Síndrome de Down".

La escultura era sencilla, esculpida en piedra por un mozo de la Villa, cuyo oficio eran las Bellas Artes. Muchacho este, que sentía  gran afecto por la mujer, ya que había sido su maestra en su niñez y adolescencia, y había sido parte de su educación ya que el chico carecía de madre.
A pesar de que el joven quiso regalársela, el padre no aceptó. Financiando, una parte, con una partida de dinero  llegada de la Argentina, que en su lecho de muerte, mandó enviar para tal fin.
De la misma forma,  en los últimos 32 años, cada vez que como el decía : tenía su aterciopelado saquete de los ahorros, (que con tanto esfuerzo llenaba, día tras día); "gordito", se lo enviaba a su  pequeña Jimena, para que fuese poniendo los cimientos de su humilde eficaz escuela en la que tantos niños aprendieron a leer y a soñar.

Ese era el sueño de D. Rafael, el emigrado, que su hija pudiese dar rienda suelta a toda su creatividad, que el decía, era mucha, haciendo lo que más le gustaba ; enseñar.

La otra parte del importe, se satisfizo gracias a las gentes del barrio, en reconocimiento y agradecimiento  a quien les había dedicado ya, su todavía, corta vida.

Hasta que un día, su esbelta mano, que en otro tiempo había estado firmemente unida a su pecho, se había descolgado, su sonrisa sincera e inocente, la había desdibujado el tiempo, las palomas, y las continuas lluvias, tan frecuentes como intensas en aquellos días.

Un martes, por aquel entonces,  un hombre de bien, D. Diego, vio la escultura y le llamo mucho la atención. Pero pasaba tan apurado que no reparo en detalle alguno. La había visto mientras caminaba a paso ligero, tratando de no perder el tranvía, que lo llevaba de vuelta a su hogar.

Eran muchos los que juzgaban tanto trasiego de la imagen, no entendían los motivos (que si celos de la madre hacia la hija, que si envidias entre hermanos,...), otros se aventuraban a hablar mal de la muchacha; (sin conocerla apenas, sabíendo de la historia, la mitad, y siempre la misma mitad)

- "Se está buscando problemas",
- "Va de intelectual" (se burlaban)
- "Las señoritas no somos quien de enseñar, debería dedicarse a la costura y a tener hijos"


y otros opinaban sobre la talla;

- "Si es que se va a romper".
-"Claro; con tanto traslado y trajín"

Y así fue. Rompió.

Ninguno de los componentes del afamado cuarteto de cuerda de la Villa, familia de la joven, quienes siembre le decían ; "Para lo que nos necesites,..." y que se confesaban tan religiosos , se dieron por aludidos a la hora de retirar los pesados trozos de piedra que se apilaban en el lugar. Fue Doña Jimena en persona, con Doña Ana, generosa por naturaleza y su hijo adolescente, quienes se encargaron, con  carretillas y  rabia contenida, de recoger los pedazos de lo que había sido una hermosa representación en piedra de la esencia de la joven.

Al llegar a casa y con todas sus fuerzas, Doña Jimena zapateó los restos, en una habitación contigua a la cocina, donde nunca más volvió a entrar.

Allí durmieron cerca de tres años, en los que ella se dedicó a encontrarse a si misma, a intentar ser feliz, a tratar de convivir con su artritis pero sin pretender molestar a nadie, en libertad.
Algunos, no se lo pusieron fácil, pero no le faltaron amigos de verdad que la arroparan en esos años.
Un buen día, fue D.Diego al Ferrol, a coger mercancía a la entonces rentable Fábrica de Lápices, para su negocio y como tenía tiempo hasta la hora de tomar el tranvía, decidió llamar a las tres o cuatro puertas que tenía en el camino, donde le pareció que podría surgir alguna venta.
Tras dar tres golpes en un gran  picaporte, de tamaño excesivo para las dimensiones de la humilde puerta de entrada a la casa, una serena mujer abrió la puerta.

El comerciante solo pudo articular; usted,... y un busto, en el paseo,...

-Si, si,.... Diga ¿Qué se le ofrece por aquí?, ¿Puedo ayudarle en algo?

-Si, bueno, yo,...mi nombre es Diego y soy comerciante...

-Haga el favor, acérqueme su sombrero, su abrigo y tome asiento.

Pase buen hombre , charlemos junto al fuego. Estaba cocinando ¿ una taza de consomé?

- Pues a estas horas, y con el frío que va, es de agradecer.

-Soy maestra, no se si de lo que usted vende, yo...

-D.Diego, no pudo más que ignorarla y de nuevo repitió;  usted,...había hace tiempo un busto en el paseo,...

-Jimena le miró y le dijo; Si señor,era yo.Una vez tuve un busto en el paseo, y en el parque, y junto a la Torre del Reloj ...pero nunca supieron donde colocarlo, hasta que se rompió.
-Mire ahí Señor, en añicos está, tras el dintel de esa puerta. Si se asoma puede ver los restos...

-Pero Dios mío, si están en un penoso estado de conservación . Los cubre el polvo y la humedad ha dejado su huella verde en cada ranura o surco por donde ha arañado el cincel.

-Déjelo, señor, no son más que restos.
Restos de un pasado que quiero olvidar. Un día fueron "herida". Hoy son "aprendizaje"
Ahora trato de ser feliz. Ya tengo otra edad  y la experiencia y la soledad me han dado tantas cosas; me han enseñado a tener paciencia,a vivir con  coraje y he tenido grandes amigos, hoy de renombre, que me han dado el consuelo y la risa, cuando lo he necesitado. 

De modo que no se inquiete usted por esos pedruscos. La única pena que me queda , es que fué una obra de un alumno muy querido y financiada por mi padre y las gentes del barrio.

Pero a lo que íbamos, ¿Qué venía a ofrecerme?

-No, eso no importa ya. Usted vive cerca de la Lapicera. Supongo que no le faltara género. En realidad, creo que ahora se a que he venido.
Escuche; conozco a un restaurador en la Coruña,..., y el podría,...si usted no tuviese inconveniente, con la piedra más grande,...

- Jimena sonrió, al tiempo que  exclamó;
¡Le agradezco su interés!, pero ha pasado por tantos lugares y retoques y de nuevo se  estropeaba, y tantos intentos por conservarla, que en vez de disfrutar del presente, vivía para el, viendo además como los de mi propia sangre, contribuían en su deterioro.
Quite, quite,..además aunque de verdad tratase de recuperar lo que en su día fué una joya, en un material más robusto por supuesto y tratase de resguardarla de los elementos,  mi rostro ya no es el de antaño, y se supone, que con semejante erosión, en alguién tendrá que inspirarse, ese conocido, de usted ¿No le parece?.

- No necesita otro material. La base, la materia prima es buena, fuerte, robusta; buena elección del material, la de ese alumno suyo. Además, si me permite una confidencia; tengo contactos en el Consistorio que podrían devolverla a su rincón.
¿Dónde dice que fué colocada por primera vez?

-En la Plaza del Marques, señor, en un rincón discreto, tras un banco, donde solo la gente que venía y se sentaba a leer, podía verla. Ese era mi sitio,...

-Déjelo en mis manos, mujer.Y... en dos o tres meses , pase por allí o acérquese al banco a leer.

-Se molesta usted. demasiado, pero si insiste, eso haré. Gracias por todo y si ya se marcha, hágame el favor; véndame  una caja de lápices. Es lo menos que puedo hacer por usted.

-¿Qué color precisa?

-Verdes. Si, verdes esperanza. Son mis favoritos y acabo de recordar que estoy usando el último.

-Pues aqui le dejo, una caja y ...si, todavía tengo alguno verde...Son los que más vendo, ¿sabe?

-Son los que mejor quedan .Muchas gracias y  vuelva cuando quiera.

-Y usted hágame caso, pase por allí.

-Si, tanto insiste,...tendré que ir.Que tenga un buen día.


EL BUSTO FUÉ RESTAURADO Y PROTEGIDO CON UN PRODUCTO QUE DECÍAN PROTEGÍA DEL PASO DEL TIEMPO. (SE USABA PARA LOS BARCOS. SABIA GENTE ESTA)
JIMENA , JAMÁS VOLVIÓ A PISAR AQUEL LUGAR, PERO QUIEN POR ALLI PASABA, LA RECORDABA, Y TODOS OPINABAN LO MISMO QUE EL SR. DON JUAN.


M.V.S.

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